Catedral Metropolitana de Santa Cruz de la Sierra
Catedral en obras, 1865. (Foto: Archivo de La Paz).
¿Quién no guarda una foto con la
Catedral de fondo? ¿Qué camba, colla o chapaco que ha paseado por nuestro casco
viejo, no se detuvo a contemplarla?
Más allá de ser ese algo que
embellece nuestra plaza, hay mucha historia detrás para que la conozcamos tal
como es ahora, una construcción arquitectónica de más de 100 años que pasó por
distintas fases.
Es así, como el Arquitecto
Víctor Hugo Limpias (con esa sonrisa amigable que lo caracteriza), empieza a
contarnos de que manera hoy, podemos tener en físico años de investigación y
estudio de nuestra querida Catedral en este libro, que fue llamado como el más
amplio y de completo estudio.
El interés por estudiarla, comenzó con una tesis de maestría, pero fue
realmente el dictar clases en la Upsa, lo que lo impulso a la investigación;
siendo así más de 20 años de estudio…
Increíble ¿no?
Largas horas de revisión de
archivos nacionales, minucioso estudio de bibliografía ya existente, fotografías
antiguas e incluso documentos que no hablan de la catedral en sí, pero que le
dan el contexto a lo que fue su transformación; revisión de planos antiguos de
las 4 catedrales previas (dato importante), e incluso lectura de ordenes
virreinales, le permitió hacer un trabajo documentado por lo cual se amplió
significativamente, entonces ya no se trataba solo de un libro, sino un libro
de clase mundial.
Un libro tan enriquecedor que
está dirigido al público en general, donde podemos conocer un poco de nuestra
historia a partir de ese edificio, de esas historias que, como el arquitecto
Víctor Hugo dice:
"Cómo un pueblito perdido, pobre, fue capaz de construir, lo
que en su momento fue el edificio más grande de Bolivia”.
A más de 100 años de la inauguración, un 18 de Agosto
del año 1915, la respuesta es simple, definitivamente
algo de esa magnitud, implica el esfuerzo de una comunidad en conjunto, y mucho
más el amor a su pueblo.
El Arquitecto Limpias le deja a
nuestra nueva Santa Cruz un valioso regalo, para una mejor comprensión de
nuestra identidad cultural y como él dice, “para que no olvidemos nuestras
raíces”, una catedral que expresa siglos de cristianismo en el corazón de Sudamérica.
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